La Fundación Trinidad Alfonso quiere poner en valor la actividad física y el deporte como fuente de salud, motor social, generador de riqueza, y, sobre todo, como parte de la solución a la crisis sanitaria del COVID-19. Aunque en los meses previos se ha podido mantener una cierta actividad por parte de las distintas federaciones (que están sacando adelante programas que se desarrollan en centros educativos, como, por ejemplo, Esport a l’Escola +1H), y de aquellos clubes que cuentan con equipos que participan en competiciones y ligas estatales, la restricciones adoptadas por la Conselleria de Sanidad en el último mes están llevando a los agentes deportivos a una situación muy complicada.

En la línea de que la actividad física es fuente de salud, también se expresa la Organización Mundial de la Salud: “El ejercicio físico regular es beneficioso para el cuerpo y la mente. Puede reducir la hipertensión, ayudar a controlar el peso y disminuir el riesgo de enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares, diabetes de tipo 2 y distintas formas de cáncer, enfermedades todas ellas que pueden aumentar la vulnerabilidad a la COVID-19. (…) La actividad física regular puede ayudar a establecer rutinas cotidianas y ser un modo de mantenerse en contacto con la familia y los amigos. También es buena para nuestra salud mental, ya que reduce el riesgo de depresión y deterioro cognitivo, retrasa la aparición de la demencia y mejora nuestro estado de ánimo general”.

Esta sentencia va en la misma línea que un informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, que apuntaba que solo el 0,28% de los brotes de contagios detectados tenían como origen la práctica deportiva. Estos datos y las recomendaciones inciden en que el deporte es una fuente de salud, por lo que continuar con las restricciones son “no solo inefectivas para luchar contra el COVID-19, sino contraproducentes, ya que alejan a los ciudadanos de la práctica deportiva y benefician el sedentarismo, con sus problemas aparejados”, denuncia la directora de la Fundación Trinidad Alfonso, Elena Tejedor.

“Previamente a esta tercera ola de la pandemia, los centros deportivos, federaciones, clubes y el resto de agentes deportivos habían apostado por la práctica segura del deporte, mediante el control de los aforos, y el cuidado de la limpieza y salubridad en las instalaciones. El deporte es fundamental y la Comunitat Valenciana ha demostrado que está capacitada para liderar esta desescalada paulatina con todas las garantías y que la actividad física debe ser un pilar fundamental. Está demostrado que el virus se transmite en unas circunstancias concretas, como son los sitios cerrados, sin ventilación y cuando no se respeta el uso de mascarillas y la distancia social. Por eso hay que animar a la gente a que salga a la calle, a que haga deporte, no podemos ponerles trabas que desincentiven la práctica de la actividad física”, explicó Tejedor.

Preocupación en las federaciones

José Luis López, presidente de la Federación de Rugby de la Comunitat Valenciana, hablaba en los mismos términos: “En la fase inicial de la temporada pudimos empezar la competición en el mes de octubre sin apenas contagios entre los equipos, se jugaron más de 320 partidos y solo tuvimos que aplazar unos 22 partidos por algún positivo. Coordinados con los clubes y con un protocolo sanitario estricto se llegó a finales del mes de diciembre de manera satisfactoria en cuanto actividad en entrenamientos y partidos. En el 2021 la cosa cambió y las restricciones impuestas han paralizado toda la actividad que no sean partidos y entrenamientos de equipos que disputan competiciones nacionales, aunque en nuestra opinión y por nuestra experiencia, haciendo deporte hay un número ínfimo de contagios y que la mayoría de los pocos casos que se han dado son importados de relaciones sociales”.

López también se refirió al descenso de licencias, especialmente en categorías base: “La incidencia sobre las licencias tramitadas ha sido más o menos la esperada y el descenso se ha centrado básicamente en las categorías inferiores, lo de la bajada de licencias lo achacamos al miedo de los padres, a pesar de las ayudas al deporte por parte de la Fundación Trinidad Alfonso a través de los programas Activate Clubes y Activate Familias”.

Los clubes, al límite

Manolo Pastor, presidente del Elda Prestigio de balonmano, tampoco entiende “las medidas restrictivas al deporte ya que, si como se ha constatado el deporte es una actividad segura en la que apenas se han producido contagios, no entendemos que nos priven de que se pueda ir a entrenar y jugar partidos. Al menos lo primero. Tenemos una gran responsabilidad como club de cumplir con todas las medidas y protocolos para propiciar un entorno seguro a nuestros deportistas”.

Juanjo Bataller, presidente del Club Balonmano Puerto Sagunto, lamentaba las decisiones adoptadas en torno a las entidades deportivas: “Se ha producido una importante pérdida de masa social: pérdida de abonados, socios y patrocinadores se ha debilitado la estructura económica ya que los socios no pueden asistir a los partidos. Nosotros, por ejemplo, tuvimos que hacer un ERTE. Esto, lamentablemente, hace imprevisible el futuro del club, porque se pierden practicantes y estamos perdiendo el futuro. Es fundamental mantener las estructuras de los clubes para seguir el próximo año lo mejor posible”.

José Pedro García, presidente del Club Atlético Montemar de Alicante, señala que desde su club “siempre hemos considerado que teníamos que poner todos nuestros medios y energía en la lucha contra esta pandemia. Nuestro compromiso ha sido incansable y muy serio en un problema de salud que nos afecta a todos. Ello ha dado como resultado actividades seguras en 60.000 metros cuadrados de Club, con un predominio casi total de instalaciones amplias y al aire libre. Podemos constatar que ningún contagio ha sido atribuible a la práctica deportiva en nuestro Club. Si algo hemos demostrado los centros y clubes deportivos de nuestra Comunidad es que somos grandes aliados en la lucha frente al Covid”.